El fumar se va a acabar para Etta López, una mujer de 31 años que ha patentado un método tan expeditivo como poco convencional para dejar el hábito: golpear a un policía para ser arrestada y, así, no seguir fumando.
La acusada estuvo varias horas esperando a la salida de la prisión del condado de Sacramento (EEUU) a que saliera un agente de policía. “De pronto, apareció de la nada y sin mediar provocación, me dio un tortazo en la cara”, cuenta Matt Campoy, el policía de la foto. Tal y como había previsto la mujer en su plan, el agente procedió a detenerla. Al ser conducida ante el juez, López reconoció el verdadero motivo de aquel atentado a la autoridad: estaba fumando demasiado y no se le ocurrió mejor manera de dejar el hábito que entrar en prisión, lejos de tiendas y máquinas de tabaco, pero ¡ay! demasiado cerca de otras tentaciones que la pobre aún no imagina.
“Hay maneras más sencillas de dejar de fumar”, explica
un representante de un grupo anti-tabaco de la comunidad. “Si alguien
está llegando a estos extremos para abandonar el hábito es que tenemos
un grave problema”.
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